Diferencias entre líder y jefa/e

Entender la diferencia entre quien lidera o ejerce la jefatura se vuelve central para poder plantear el tipo de estrategia a desarrollar. Aunque son términos o conceptos  que suelen ser considerados parecidos, claramente no son lo mismo, y en ese sentido es importante comprender el origen de cada uno.

Para comenzar a desandar este camino, empecemos por conocer la etimología de cada palabra: líder viene del inglés  leader (guía) compuesta de con: a) el verbo to lead (dirigir, ir adelante). Lead viene de una raíz germánica relacionada con el danés Leiden. Pokorny la asocia con una raíz indoeuropea Leit(h) – (salir, moris), que estaría presente también en el griegoλοιμός (loimos = pestilencia) y la palabra lemología. b) El sufijo–er (agente, el que hace la acción) como en teacher (el que enseña, de teach= enseñar). 

Mientras que jefe, jefa proviene del francés chef (chef, como jefe de cocina).La palabra francesa chef procede de caput, capitis “cabeza”, derivado del significado de parte principal del cuerpo, de manera análoga a cadetecapitán y caudillo. Muchas palabras relacionadas con el mando vienen de caput, por ejemplo capo, capitán, capataz y caporal. 

Sin embargo, saber la etimología de cada palabra nos es de gran ayuda, pero no es suficiente. Es necesario seguir ahondando para comprender; en este sentido es de gran valor considerar las acepciones que la RAE le otorga a cada término:

Líder. ‘Persona que dirige u orienta a un grupo, que reconoce su autoridad’ y ‘persona, equipo o empresa situados a la cabeza en una clasificación’. Por su terminación, es común en cuanto al género (el/la líder).

Jefe. ‘Persona que manda sobre otras’. Por su terminación, es común en cuanto al género (el/la jefe); pero cuando el jefe es una mujer ha sido siempre más frecuente el uso del femenino específico jefa, registrado en el diccionario académico desde 1837.

Por lo pronto, el contar con la etimología y la definición de ambos términos nos permite empezar a desarrollar y comprender las diferencias que existen entre quienes ejercen el liderazgo o la jefatura. Mientras quien lidera es una persona que supervisa o dirige, que tiene ascendencia sobre quienes están a su cargo, que se gana la autoridad sin tener que imponerla, alcanza esto motivando a alcanzar un objetivo colectivo. 

Quien lidera es una persona que supervisa o dirige; tiene incidencia sobre quienes están a su cargo,y se gana la autoridad sin tener que imponerla. Esto lo logra motivando a alcanzar un objetivo colectivo. Como contrapartida, se puede plantear que la jefatura es ejercida por una persona que tiene la dirección de proyecto puntual, que busca alcanzar los objetivos propuestos por la organización o institución. Esto lo lleva adelante ejerciendo su autoridad sobre quienes trabajan bajo su mando. 

En ambas funciones es indispensable generar empatía y cercanía con las personas a cargo, lo que producirá un mejor clima de trabajo y por ende un mayor rendimiento. Para lograrlo vale remarcar la importancia de mantener altos niveles de motivación. Sin dudas, esto se vuelve elemental para retener los diferentes talentos, un gran capital que cada vez cambia más rápido de ámbito de trabajo, siendo estas pérdidas un gran perjuicio para las organizaciones, debido a la inversión realizada en cada una de estas personas.  

Por ello, es muy importante analizar las peculiaridades que marcan la diferencia entre ser líder o ejercer la jefatura. Dentro de las existentes se toman las siguientes seis, que se desarrollan brevemente a continuación:

Es esencial que se perciba la autoridad y no se imponga, esto es un punto diferencial entre quien ejerce el liderazgo o la jefatura. Quien lidera se encuentra a la par de su equipo o junto a quienes colaboran, y siempre está preguntando dónde puede ser útil o si necesitan ayuda, entre otras frases. Como contrapartida, quien ejerce la jefatura está marcando esa diferencia con el resto y remarca casi permanentemente “que es él quien manda”, en busca de mostrarse superior u omnipotente. 

Quien lidera posee un grado de cercanía que permite un alto nivel de personalización con su equipo o sus colaboradores, lo cual le facilita saber de qué manera relacionarse con cada persona, cómo abordarla y cómo comunicarse, de qué manera darle cada uno de los mensajes. Entender cuáles son sus preferencias es vital para mantener un buen ambiente laboral. Por su parte, quien ejerce la jefatura se relaciona generalmente de forma despersonalizada, y el no tener ese contacto de cercanía produce una gran diferencia en el rendimiento de los equipos o de quienes colaboran. 

Existen momentos cruciales que se ven reflejados en la reacción ante problemas y logros. En esa circunstancia queda claramente en evidencia quién ejerce el liderazgo o la jefatura: la jefatura marca los logros como propios y resalta vanidosa su labor, subestimando el trabajo del equipo. Como contrapartida, quien lidera resalta el trabajo del equipo, agradece el esfuerzo conjunto y potencia la unión del mismo. Sin embargo, quien ejerce la jefatura, ante un error, lo primero que hace es buscar a quién asignarle la culpa para quitarse la responsabilidad, mientras que quien lidera realiza todo lo contrario al asumir la responsabilidad, aprendiendo del error y enseñándole a sus colaboradores para que no repitan el yerro. 

La forma de distribuir las tareas también marca de forma precisa las diferencias entre los dos roles que nos ocupan. La persona encargada de liderar trabaja a la par de su equipo, promoviendo la creatividad, incentivando la innovación e incorporando la pedagogía, y, fundamentalmente, tomando muy en cuenta la inteligencia emocional (todo esto para saber cómo repartir las tareas de la manera más eficiente y empática). Se puede decir, que quien ejerce la jefatura realiza todo lo contrario; solo da las órdenes indicando que se debe realizar y luego se dedica a supervisar que se estén cumpliendo. Esta situación claramente no genera vínculos de cercanía con las personas a su cargo, lo que se refleja, como resultado, en el rendimiento y la eficiencia de los equipos.

En la implementación de esquemas abiertos o cerrados se puede percibir si nos encontramos frente a una persona que ejerce el liderazgo o la jefatura. Los esquemas abiertos se vinculan a quienes lideran, dado que permiten incorporar nuevas formas de llegar a los objetivos al realizar tareas de formas diferentes o con un alto nivel de creatividad. Esta búsqueda en la mayoría de los casos genera un mayor rendimiento. Por otra parte, se puede decir que los esquemas cerrados son implementados habitualmente por quien ejerce la jefatura, que se abocan a llevar adelante procedimientos repetitivos o tareas esquematizadas, que coartan toda posibilidad de desarrollar la creatividad y obtener mejores resultados, impidiendo aumentar el nivel de eficiencia para alcanzar en menor tiempo el objetivo o poder superar el mismo.  

Por último, pero no menos importante, existe la confianza o el miedo que se inspira en las personas a cargo. Esta es otra gran diferencia a tener muy presente con relación a los líderes y jefes. Mientras quien lidera muestra empatía -produciendo confianza en el otro, lo que permite generar entusiasmo y motivación en las personas, y un ambiente laboral más ameno-, la jefatura se ve reflejada por la falta de empatía, infundiendo temor a su entorno y convirtiéndose en un elemento amenazante -todas actitudes que bajan el rendimiento y corroen el sentido de pertenencia entre los colaboradores-. 

A modo de cierre, se puede decir que quienes lideran buscan la empatía y cercanía como forma de obtener el mayor rendimiento de las personas a cargo o el equipo, y que planifican a mediano y largo plazo. Esto les permite predecir tendencias o cambios a futuro y buscar la forma de adelantarse para que no les tome por sorpresa. Como contrapartida, aquellos que se dedican a la jefatura, están abocados a la situación inmediata o del día a día, sin mirar al futuro regularmente.

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