Podcasts

Las audiencias le han dado un lugar de preponderancia a los podcasts, probablemente, debido a que este formato se publicita periódicamente en juegos móviles. Cuando la persona que juega da el clic en la publicidad o anuncio, se descarga en su dispositivo el podcast, lo cual indica que ya posee una nueva persona que lo escucha. 

Ya no son una tendencia, se han convertido en una realidad que se evidencia con el tiempo que los sujetos invierten en este soporte, situación que se ha convertido rápidamente en un campo fértil para las organizaciones, marcas o espacios políticos para sembrar publicidades, anuncios y/o promociones que les permitan posicionarse.

En ese aspecto, a quienes son proveedores o creadores de contenidos les resultan muy atractivos, pero aún más por poseer costes atrayentes, que son menores con respecto a otras herramientas. Como contrapartida, las organizaciones, marcas o espacios políticos están dispuestos a invertir más con respecto a otros medios para lograr poder estar en esas emisiones. Una de las cuestiones que han vuelto a los podcasts tan requeridos, es que logran generar un clima de intimidad con quien lo escucha (que le presta mayor atención que a otros medios), y, por ende, su recuerdo perdura en el tiempo. Siendo esto un valor diferencial enorme, ya que permanecer en la memoria de las audiencias es el reto que enfrentan quienes son profesionales del Marketing, las Relaciones Públicas y la Comunicación cuando desarrollan una estrategia de posicionamiento.

Este posicionamiento y crecimiento de la herramienta, nos coloca frente a quienes buscan hacer trampa para sacar provecho publicitario. Un artilugio muy frecuente consiste en los anuncios de juegos móviles que solicitan un click. Al pulsarlo, se ofrece adquirir objetos que beneficien al juego, pero lo que no indica es que el podcast vinculado se empieza a descargar en segundo plano en el dispositivo, dando a su creador un nuevo oyente aunque la persona que realizó el clic nunca lo escuche, ni se entere de que figura como interlocutor de alguien. Esta es una forma habitual de aumentar la cantidad de oyentes del programa, que por ahora no es ilegal, pero se podría plantear que roza con la falta de ética. En primera instancia, la persona que obtiene beneficios del juego seguramente no realizará ningún planteo si descubre esta situación, pero sí, es un tema para quienes deciden realizar anuncios o publicidades a partir de las métricas de descargas que tiene ese programa. La cantidad de descargas son reales, pero no la cantidad de escuchas, una cuestión esencial para quien invierta en publicidad y prevea determinados resultados. 

En ese aspecto, será un problema difícil de resolver a largo plazo para la compañía que desarrolla ese tipo de podcast, ya que poseen una audiencia que no es real dado que no los escucha. Por lo tanto, no saben qué contenidos les interesan y cuáles no; se buscará captar oyentes y un gran problema es cuando la persona descubre que ya figuraba como tal. Sin duda, esto desemboca en una primera sensación de desconfianza y muchas veces de rechazo por esa empresa o marca. Entonces, no le interesará saber quiénes son, ni escuchar futuros contenidos, dejando en claro que esta no es una forma o manera lucrativa de obtener nuevos oyentes. 

La transparencia y honestidad al generar los contenidos de podcasts son esenciales para aumentar la cantidad de oyentes y fortalecer la interacción que permita seguir produciendo contenidos de interés, en pos de que ese vínculo perdure en el tiempo. Este es otro claro ejemplo de cómo las tecnologías digitales y sus herramientas producen influencias en las personas y/o audiencias.

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